La sala Villena de la UENAC acogió como parte de las actividades por la 31.º Feria Internacional de Libro de La Habana una serie de actividades que comenzaron con el panel dedicado a la obra de Araceli García Carranza.
Por Lismary Concepción Guzmán
La sala Villena de la UENAC acogió como parte de las actividades por la 31.º Feria Internacional de Libro de La Habana una serie de actividades que comenzaron con el panel dedicado a la obra de Araceli García Carranza. Moderado por Omar Valiño, director de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM), contó con los panelistas por Rafael Rodríguez Beltrán, vicepresidente de nuestra Fundación Alejo Carpentier y Rafael Acosta, colega de García Carranza y colaborador de la (BNCJM).
La presentación inició con un audiovisual en el que la bibliógrafa comentaba: «Hay que conjugar el trabajo tradicional con la tecnología. Sin desdeñar estas últimas, utilizarlas como es debido, sin olvidar la estructura tradicional, que son necesarias desde el punto de vista cultural, pero sin dejar de reconocer nuestra literatura e historia».
La premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, es un referente obligatorio de la cultura nacional, según Omar Valiño, quien además agradeció su obra.
Es una trabajadora sobre la memoria; el corazón de nuestras bibliotecas porque, además de su obra, ha contribuido a formar a nuevos bibliógrafos, expresó Rodríguez Beltrán.
Por otro lado Acosta asegura que cuando se hable de Antonio Bachiller y su papel como bibliógrafo en Cuba, también deberá hablarse de Araceli García Carranza.
La bibliógrafa homenajeada refirió que el hecho de haberle dedicado esta feria del libro fue algo que recibió con asombro y agradecimiento. Contó como un privilegio el de trabajar en la Biblioteca Nacional José Martí por seis décadas, la mitad del tiempo que lleva fundada. «Creo que mi trabajo descansa sobre los hombros de cubanos y sabios». Desde principios de la década del 80 García Carraza es miembro de la UNEAC, lo que considera una verdadera referencia.
La tarde en la sala Villena de la UNEAC comenzó con las presentaciones de las novelas Sangra por la Herida de Mirtha Yánez y Las últimas vacas van a morir de Ulises Rodríguez Febles. Con invitados como Margarita Mateo, Premio Nacional de Literatura 2016 y Alejo Carpentier 2008; y Alberto Guerra, historiador, crítico y escritor; moderados por Rigoberto Rodríguez Entenza, intelectual cubano.
Las últimas vacas van a morir recibió este 15 de febrero el premio Nacional de la Crítica Literaria. Según el jurado que otorgó esta distinción “es una historia que busca respuestas sobre el destino de nuestra nación. Una porción exacta de teatralidad nutre la intensa y fascinante narrativa con que el autor nos seduce y nos atrapa. Sus personajes, muy bien construidos –acompañados de elementos simbólicos, escenas absurdas y pasajes surrealistas-, representan el entramado diverso y complejo de una sociedad que se debate entre la solución a sus conflictos y la posibilidad de un futuro mejor.
Según el panelista encargado de presentarla, esta es una novela imprescindible para los tiempos que corren. Con una fuerte carga de humor y sentido de profundidad cuenta las historias que se entretejen en la tierra, como diría su autor, una novela de la tierra, aunque este presentador difiera en este sentido.
«Me interesa que alguien en la soledad se conmueva con un texto y eso ha pasado con este título», así lo dejó claro Alberto Guerra, quien ha defendido fervientemente esta novela de Ulises Rodríguez en muchos ámbitos.
Sangra por la Herida, de Mirtha Yañez pertenece a la Editorial Aduana Vieja y fue publicada en España en el año 2013. Fue llevada al inglés en EE. UU. En 2014. Cuenta con una historia particular y concreta. Cuenta con un protagonista atormentado, por lo que casi toda la acción se presenta sin descanso.
La autora comenzó diciendo cuán importante es esta obra para ella, como también lo es su primer título publicado Las Visitas, que escribió con solo 20 años. En la cita literaria, Yáñez exhibió una serie de menciones obtenidas con este libro, que, para ella, es uno de los tesoros más importantes que atesora.
Así se vistió de libros la sala Villena, con presentaciones de novelas importantes para la literatura cubana y sumándose a las actividades por homenajear a la gran bibliógrafa con que cuenta actualmente la BNCJM, Araceli García Carranza.
Tomado de la UNEAC