En una carta dirigida a Alfredo Guevara, atesorada en los fondos de la Fundación Carpentier, el autor de Los pasos perdidos le presentaba al periodista Ramón Chao, quien por entonces fungía como corresponsal del semanario Triunfo, en París.
La alusión recuerda la amistad entrañable que existió entre Carpentier y el periodista y escritor español, una relación que traspasó las fronteras del ámbito familiar, como se percibe en el hecho que fue Alejo Carpentier quien le regaló el primer instrumento de percusión a su hijo Manu Chao, al quedar hondamente impresionado con el talento musical que observó en el futuro cantante.
La amistad entre ambos creadores tuvo también sus frutos intelectuales, pues Ramón Chao fue el creador del tomo Palabras en el tiempo de Alejo Carpentier, resumen de las entrevistas que le realizaron al escritor cubano, útil fuente de consulta para los estudiosos de su obra.